El ladrón le arrebató el reloj y la cartera, pero cuando le pidió que se quitara las bragas, se temió lo peor.
Sin embargo el delincuente sólo recogió la prenda y echó a correr.
La víctima sintió un profundo alivio, aunque la indignación llegó después.
"Que hubieran sido unas prendas finas, bueno. Pero llevarse unas bragas de dos mil pesos (menos de un euro) es el colmo", aseguró.
Leído en 20minutos.es
Alcira, de cincuenta años, cuenta que caminaba con su esposo un domingo a las seis de la tarde por un camino rural cuando fueron abordados por un hombre de aspecto más bien astroso que puso en el cuello de su marido la punta de un enorme cuchillo de carnicero.
[...]Cuando el hombre le exigió a su mujer que se quitara los calzones intentó agarrarle la mano donde empuñaba el arma pero para ese momento la mujer ya tenía la prenda en la mano. Dice que el hombre la recibió, la olió, se la guardó en el bolsillo trasero de sus pantalones y escapó.
Leído en BBC Mundo
Más información sobre los "quita calzones" en BBC Mundo.com
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